Sin la Luz de Tú Sonrisa

Cómo duele pensarte y no verte,
En cada rincón de la vida, la suerte.
Se me adhiere tu esencia, un eco distante,
Cada día que pasa, el amor es constante.
Tus risas se escapan, son sombras en mi mente,
Mi corazón late, pero el vacío es latente.
Te imagino creciendo, desarrollando tus alas,
En un mundo cruel, donde el alma se recalca.
Duele no poder abrazarte,
Sin tu risa, sin el instante.
Cada amanecer sin ti es un reto,
Mi niña, tu esencia es un grito secreto.
Las fotografías son testigos de gloria,
Te miro y me pierdo en nuestra historia.
Cada paso que das, cada sueño que emprendes,
Soy el faro que guía, aunque el viento no enciende.
Quisiera ser un ángel que cuide tus pasos,
Te cuente del mundo, sus valles, sus lazos.
Pero el amor duele, y la ausencia se siente,
Como un verso olvidado, que nunca se siente.
Los días pasan lentos, el tiempo se agota,
Cada segundo sin ti es una nota remota.
Te prometo que un día, cuando el sol brille,
Los abrazos serán eternos, y tú tristeza y la mia se diluye.
Te seguiré pensando, en cada rincón cálido,
Porque este amor es fuego, un viaje incombustible.
Así que aquí estoy, en este verso sincero,
Cargado de sufrimiento, pero el amor es primero.
Aunque duela pensarte, y no verte,
Mi amor por ti siempre va a florecer.
Tú eres mi razón, mi rayo de sol,
Y aunque el dolor me abrace, estoy aquí, siempre en tu rol.
Cómo duele pensarte y no verte,
En cada suspiro, un eco que muerde.
Mi alma grita, sufre en tu ausencia,
Cada lágrima es un acto de resistencia.
Eres mi luz, aunque camines lejos,
Cada estrella en el cielo son reflejos.
De tus risas, tus sueños, tus pasos en danza,
Te extraño hija, eres mi esperanza.
Duele no verte crecer, ese es mi peso,
En un mundo que anda a mil, tú eres mi universo.
Cada foto una historia, una sombra perdida,
Un poema en mi mente, una herida sin vida.
Quisiera ser el viento que acaricia tu cara,
El árbol robusto que no te separa.
Pero la distancia es cruel y tirana,
Y en mi pecho resuena tu risas lejanas.
Te veo en mis sueños, corriendo sin miedo,
Solo un sueño fugaz que se pierde en el vuelo.
Pero sé que un día volverás,
Y en este amor eterno, encontrarás tu paz.
Por ti lucho, aunque el dolor me quiebre,
No hay distancia que frene lo que el amor siembre.
Cada latido puede ser tu guía,
Cuando me faltan las fuerzas, suena tu melodía.
Así que cielo, sigue tus pasos,
Aunque haya tinieblas, llevaré mis abrazos.
En cada rincón de este viaje incierto,
Siempre estaré contigo, aunque esté cubierto.
Así que aquí sigo, pintando estas rimas,
Esperando el momento, cuando el tiempo se rima.
Y en un abrazo eterno que sane, mi heridas,
Porque aunque duela pensarte, siempre serás mi vida, mi niña Sofia.